Después de más de 25 años en el sector, tengo que seguir hablando de que los OPC’s sufrimos aún falta de reconocimiento y de visibilidad; unido hace ya varios años al aumento de un gran intrusismo, tal vez provocados por la falta de regulación del sector y por la falta de valores como la ética profesional y las buenas prácticas en el ejercicio diario, lo que a su vez da como resultado un aumento de “falsos profesionales” que desvirtúan y desacreditan a nuestro sector, a nuestras empresas constituidas sobre la base de la formación, la preparación y la profesionalidad, en definitiva.
A la falta de reconocimiento se une el desconocimiento de la labor y el trabajo que desarrollamos. Los OPC’s planificamos, proyectamos, asesoramos, gestionamos y optimizamos recursos; en definitiva somos la base del éxito de un congreso. Algo tan importante y necesario por todo lo que conlleva: selección de sedes adecuadas, propuesta de programa científico, programa social, imagen y diseños (logotipo, carteles, web, programa, producción gráfica de pancartas, señalética, credenciales, etc.), difusión y promoción, gestión de inscripciones, selección y contratación de proveedores, patrocinadores, montajes, desmontajes y su coordinación, atenciones a ponentes (gestión de sus viajes, estancias y traslados), atención a congresistas (recepción, acreditación, traslados), …
Por una parte, el comité organizador de un congreso en muchas ocasiones es la primera vez que se enfrenta al reto de poner en marcha un congreso (regional, nacional o internacional) y siendo la primera vez o no que se promueve un congreso, el comité organizador no puede plantearse la contratación de un OPC, como un gasto más sino como una inversión, avalada por capacidades y habilidades suficientes para llevar a cabo con éxito esta labor de coordinación y puesta a punto de los múltiples aspectos operativos y logísticos.
Y por otra, además de todos los proveedores que parecen evidentes como el hotel, el catering, los autocares, los audiovisuales, las azafatas…la necesidad de un OPC, debe de ser no solo evidente sino necesaria.
La mayoría de las ciudades han invertido e invierten en infraestructuras y estrategias de promoción para ser destinos MICE – de congresos, convenciones y eventos- por el retorno económico y posicionamiento que les reporta. Pero muchas de las empresas OPC de estos destinos luchan por subsistir y por diferenciarse en un mercado y un entorno cada vez más cambiante y competitivo. Y un destino no conseguirá posicionarse solo con infraestructuras y promoción, necesitará de empresas profesionales, de OPC’s y agencias de eventos, para conseguir el posicionamiento buscado a través del éxito de los congresos y eventos realizados en él. Si no hay éxito no hay retorno ni posicionamiento.
Conocer, respetar y valorar el trabajo que realiza un OPC al igual que nosotros respetamos y valoramos al resto de profesionales que promueven los congresos (abogados, médicos, arquitectos, ingenieros, docentes, enfermeros, biólogos, empresarios, veterinarios, constructores, físicos, deportistas, periodistas, aparejadores, psicólogos, geógrafos, etc.)